miércoles, 6 de enero de 2010

CAPITULO SEXTO




la naturaleza anraizada quedo sobre el dulce ardor de una lagrima,
y desde que supe que eso habia ocurrido
corri hacia aquel destino para percatarme de la extraña forma en que fue controlada.

mi fauna quedo detras de aquella pared cristalizada frente al sol, tenia un brillo
inimaninablemente claro y tierno,
conmovedor
y cariñoso.

mi flora, delante de mi mirandome con una mueca dibujada en el rostro junto con sus brazos parecia que estuviera a punto ed nacer,
aferrada a esa orilla, a un rincon claro y gentil.

las flores estaban a su alrededor muy rojas, azules, amarillas, blancas.
senti en ese momento que aquel retrato que estaba observando fuese una bella obra de arte
cuyo autor habia sido esfumado de la faz de la tierra.
cuyo nombre jamas sabria.
cuando de repernte senti un apreton en mi costado y me voltee a ver pero no encontre nada.
senti una leve caricia por mi espalda y voltee pero no tuve suerte.
hasta que senti un poquito de necesidad de acostarme y arroparme con las hojas al lado de aquel cuadro.

en un segundo desperte y supe que era un sueño´
pero supe tambien que aquel acto de ternura en la naturaleza habia sido causado por efecto del amor.
un amor que desde mucho tiempo ha sido cuidado,
un amor que senti cuando me vi abrazado,
como mi fauna y flora
a un humilde y tierno regazo.
cuando me vi abrazado a ti.

y seguire soñando y pensando en miles de cosas mas
pareciendo que mi cuerpo ha sido invadido y que no quiero que
dejen de hacerlo.

te amo inmensamente

no sabes como te amo.

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